Hace un año (marzo 2019), un grupo de mujeres muy particulares llegó a mi vida. En común teníamos que nos gustaba un joven cantante kazajo (Dimash), pero de ahí nada más, pues cada una era muy distinta al círculo de amigos que en ese momento yo tenía.

Desde que nos conocimos en persona ellas han traído frescura a mi vida. Las reuniones son mágicas, desde comer pizzas caseras, pan kazajo, música, y muchas fotos, hasta tener una bebida oficial llamada «sangría».

La dinámica entre nosotras fluye tan naturalmente que parece que son años de conocernos. Tan es así, que nos reunimos para hacerle un «té de cocina» a una de nosotras, para celebrar la graduación de otra que se convirtió en chef; para llorar y reír con las experiencias de 4 que pudieron ir al concierto de Dimash en New york… y todo gracias a él, que ha hecho no sólo uno sino muchos aportes especiales en mi vida.

Dimash hace que personas desconocidas sean como familia gracias a que su voz une a la gente, une países y une al mundo entero!

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